Mix tape. The art of cassette culture
Thurston Moore, ed.
Universe, 2004
Mix tape es una celebración de la cultura de eso que en México se conoce como “cassettes grabados”, o “cassettes de mezclas”: iconos representativos de una época, de una forma de relacionarse y de vivir la música. Grabar un cassette con canciones que uno escogía para regalar a alguien estimado es todo un ritual que puede ser cultural o de simple apareamiento. “El mensaje de la cinta podría ser: Te amo. Pienso en ti todo el tiempo. Escucha cómo me siento por ti. O quizá: Me amo. Soy una persona de buen gusto que escucha cosas de buen gusto. Esta cinta te dice todo de mí”, explica Dean Wareham, líder de Galaxy 500 y uno de los personajes reunidos por Thurston Moore para comentar y razonar sobre lo que Matias Viegener llama “una forma de arte folk americano”: el mix tape.
Thurston Moore, el guitarrista sensacional de Sonic Youth comienza haciendo una breve introducción a la historia del cassette grabado, por lo menos en el área de Nueva York, lugar del que Moore y la trouppe alterno-noise mamaron su educación vanguardista. Movido por el entusiasmo por los reproductores de cintas de los años 80, Moore presenció el movimiento en el mercado neoyorquino en donde los early rappers compraban sus monstruosos boomboxes para el rhymin´ y el breakdancin´. Ya en plena gira, la banda ponía los tapes que el público les regalaba, a veces un demo, otras, muchas, un mix tape, una selección personal de tracks que son una especie de tributo para el destinatario. El mismo Moore ponía sus compilaciones del rap de los primeros años, en esos aparatos monumentales –su reproductor de cassettes ocupaba un espacio entero en la van del grupo- que escupían el sonido como ningún otro reproductor podrá jamás: “La música sólo podría sonar así de bien saliendo de ese tipo de sistema”, dice Moore.
Para la edición de este documento, Moore le pidió a sus amigos –músicos de noise, artistas de la vanguardia de NY, poetas, músicos, diseñadores... Thurston no se junta con la chusma- que le enviaran los mix tapes que hubieran sobrevivido a esos años y contaran la historia alrededor de ellos. En el libro –que cuenta con un diseño espectacular- se pueden ver los casettes que la gente se mandaba, algunos verdaderas gemas, parte de la historia de la música contemporánea: un mix tape de jazz grabado por John Zorn, los collages punketos hechos para adornar los tapes que grababa Pushead (uno de los primeros artistas gráficos de la escena skate), las increíbles historias detrás de los mix tapes de Allison Anders, quien ha regalado cintas a monstruos como Wim Wenders, Quentin Tarantino, Patricia Arquette o Christian Slater y que tiene uno ya preparado para regalar a un rapero llamado Eminem. Destaca la selección de un cassette recibido por Mary Gaitskill, pues contiene la “música mexicana indescriptiblemente emocional de Califanes”. Ya sabemos que se refiere a la vieja banda de Saúl Hernández, que no llevaba esa letra “l”.
Las recopilaciones son sorprendentes, eclécticas como más no se puede ser, o como sólo un mix tape puede serlo: Tricky, Bikini Kill, Stevie Wonder, The Velvet Underground, Super Tramp, Klaus Nomi, Esquivel, Ringo Starr, Guided By Voices, The Clash, Jerry Lee Lewis, The Cure, Lush, Ray Barreto, Fugazi, Outkast, Scorpions, Prince… ah, y los Califanes.
May 08, 2007
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2 comments:
Melancolico comentario. Me recordo cuando grababa las cintas para las novias je! Buen comentario, solo que donde se podra conseguir esa joyita de libro???
pues en Amazon lo puedes conseguir. acá en México no lo he visto.
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